Eficiencia energética en edificios de oficinas

Publicado el 16/12/14

En estos últimos años, con la concienciación sobre el gasto energético, cada vez es más común oír hablar de eficiencia energética y de auditorías energéticas. Pues bien, las auditorías son los estudios que nos permiten diagnosticar el estado y funcionamiento del edificio, desde un punto de vista energético. Mediante este tipo de estudios, se obtienen las medidas y recomendaciones para hacer eficiente el consumo energético del edificio, y se calcula el ahorro económico que compensa la inversión que se requiere.

Los puntos más importantes a estudiar en la auditoría energética de un edificio de oficinas son: la envolvente térmica, la iluminación y el sistema de climatización, además evidentemente de las todas las fuentes de energía empleadas (electricidad, gas, gasóleo, etc.).

En el caso de la envolvente térmica se estudian los elementos y zonas por los que se puede estar necesitando una mayor demanda de los equipos de climatización y un menor confort térmico. Entre estos elementos destacan, por orden de importancia, las ventanas, muros, cubiertas y suelos (en contacto con terreno). A modo de ejemplo, sustituir las ventanas por unas que cumplan lo dispuesto en el Código Técnico de la Edificación, puede suponer un ahorro del 20-70% del gasto energético por climatización.

Con respecto a la iluminación son muchas las recomendaciones para ahorrar energía, entre las que destacan:

  • Permitir el aprovechamiento de la luz natural mediante la instalación de células fotosensibles o sensores de luz en las zonas más cercanas a las ventanas. Estas células ajustan automáticamente la cantidad de luz emitida por la lámpara, en función del aporte de luz natural. Con este sistema se puede alcanzar un ahorro del 45-75% en el consumo eléctrico, aparte de aumentar la vida útil de las lámparas.
  •   Instalar detectores de presencia en zonas donde el paso de personas no es continuo, como es el caso de almacenes, pasillos, aseos, etc. El potencial de ahorro evaluado es del 10-30% del consumo eléctrico total.
  •   Instalación de bombillas de bajo consumo, las cuales no sólo ahorran energía sino que duran hasta 15 veces más, manteniendo el mismo nivel de iluminación. A pesar de tener un precio de compra más elevado permiten obtener un importante ahorro económico a largo plazo.

Centrándonos en el sistema de climatización se recomienda adoptar las siguientes medidas de optimización energética:

  • Se recomiendan temperaturas de climatización de unos 21 °C en invierno, y de unos 26 °C en verano. Estar fuera de este rango óptimo de temperaturas supone un incremento del consumo energético del 8-10 %.
  • Zonificar los sistemas de calefacción y refrigeración de las distintas áreas de la oficina, en función de la ubicación y actividades que se desarrollen en cada una de ellas. De esta forma se ajustan las demandas de calor y frío según las necesidades de sus usuarios.
  • Enfriamiento gratuito o “free-cooling” que consiste en utilizar la capacidad de refrigeración del aire exterior para renovar el aire del interior de las oficinas. En muchas zonas, se pueden aprovechar las temperaturas nocturnas, inferiores a las necesarias en el interior de las oficinas durante el día, para refrigerar y contrarrestar la inercia térmica.
  •  Instalación de recuperadores de calor del aire de ventilación, en los edificios en los que se renueva el aire interior, según los criterios establecidos en el Código Técnico de la Edificación. En función del modelo de recuperador y de las condiciones externas, se puede lograr reducciones del consumo eléctrico entre el 20 y el 40%.

Se han expuesto algunas de las medidas principales de optimización energética que se pueden implantar en la mayoría de edificios de oficinas. Los beneficios son evidentes, tanto desde el punto de vista medioambiental como del económico, ya que el notable ahorro en las factura energética permiten la recuperar las inversiones necesarias a corto-medio plazo.